En esta temporada, muchas personas se encuentran inmersas en el proceso de compras, lo que puede generar un nivel significativo de estrés. La ciencia del cerebro y la psicología evolucionaria puede ofrecer una comprensión más profunda de por qué las compras y el acto de regalar a menudo resultan abrumadores y cómo se puede abordar este desafío para disfrutar de unas festividades más placenteras y saludables.
La Dra. Beth Frates, académica del departamento de medicina física y rehabilitación en Harvard, explica que nuestras reacciones están profundamente arraigadas en nuestro sistema nervioso. “Al comprender estas respuestas cerebrales, es posible que las personas desarrollen estrategias para manejar el estrés, como establecer expectativas realistas, practicar la atención plena y simplificar el proceso de preparación para las festividades”, recomienda Frates, quien ha ocupado el cargo de presidenta del American College of Lifestyle Medicine.
La tradición de intercambiar regalos durante esta época del año se remonta incluso a festividades más antiguas, pero el acto de compartir tiene raíces intrínsecas en la naturaleza humana, según el Dr. Diego Guevara Beltrán, investigador en la Universidad de Arizona. “La generosidad no solo tiene un papel en las relaciones sociales, sino que también ofreció a nuestros ancestros una ventaja evolutiva”, afirma. Compartir alimentos, por ejemplo, ayudó a los primeros humanos a sobrevivir, además de que este acto comunica el valor que le asignamos a las relaciones interpersonales y al bienestar de los demás.
El acto de regalar, si bien puede brindar felicidad, también puede convertirse en una fuente de frustración si percibimos que se trata de una obligación o si se siente como una competencia. Según el Informe Mundial sobre la Felicidad de 2019, para que el acto de regalar produzca satisfacción, es crucial que la persona que obsequia sienta que lo hace de manera genuina y no forzada.
Frates también menciona que las compras pueden desencadenar respuestas psicológicas complejas. La reacción de “lucha o huida”, orientada a situaciones estresantes, evoluciona con el tiempo y se activa incluso frente a desafíos cotidianos como el presupuesto ajustado o la presión de las decisiones múltiples. “Esto puede provocar un estado de fatiga de decisiones, donde incluso los pequeños obstáculos se vuelven abrumadores”, añade.
Otra dimensión que se puede explorar está relacionada con la química cerebral. La anticipación de un regalo o un buen trato puede liberar dopamina, el neurotransmisor vinculado a la recompensa y el placer, lo que puede ofrecer una sensación de bienestar. Sin embargo, este estímulo también puede llevar a comportamientos de compra compulsiva, un fenómeno que se agrava en periodo de festividades debido a la abundancia de ofertas disponibles.
Para navegar esta temporada de compras de manera más efectiva y con menos estrés, Frates sugiere una serie de estrategias: comenzando por priorizar el autocuidado, consumir alimentos saludables, asegurarse de dormir adecuadamente y dedicar tiempo al ejercicio. Además, recomienda utilizar técnicas de respiración para calmar la mente antes de ir de compras.
Otra recomendación es formar un plan de acción. Evitar ir de compras cuando se sienta tristeza o cansancio es clave para evitar decisiones impulsivas. Frates también enfatiza la importancia de la conciencia al considerar si una compra es realmente necesaria, recomendando que se establezca un presupuesto previo para controlar el gasto.
Establecer conexiones sociales mientras se realizan las compras también puede ayudar a manejar el estrés, ya que tener compañía puede ser un gran apoyo emocional. Además, se sugiere reflexionar sobre el significado de la temporada de fiestas y reorientar el enfoque hacia el fortalecimiento de las relaciones en lugar de la búsqueda de regalos perfectos.
Finalmente, es interesante considerar cómo esto puede impactar a los más jóvenes. Frates remarca la importancia de enseñar a los niños que la temporada se trata no solo de recibir regalos, sino de compartir y dar. Esto puede fomentar una mentalidad más saludable en torno a las festividades, ayudando a mitigar las expectativas y el estrés asociadas con el proceso de compra.
Este enfoque proactivo puede ofrecer un camino hacia una experiencia más gratificante y menos estresante, donde el verdadero significado de la temporada brille a través de la conexión y la generosidad.